Isemay a la venta- comienza leyendo aquí.
Desde hace unas semanas ya esta a la venta en papel mi libro Isemay, es un libro realizado con mucho amor, que apareció en mi mente a raíz de la creación de este blog y que espero que os guste.
Podéis encontrarlo en Amazon tanto en ebook como en papel, os dejo los enlaces para adquirirlo y deseo que disfrutéis de la lectura:
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Prólogo
—
¡Ha
llegado! —Entró gritando Patrick a la sala de mandos donde su capitán aguardaba
impaciente.
—
¿Tan
pronto? —se levantó de su asiento Uwuain.
—
Ya
se estaba retrasando —refunfuñó a su vez el capitán.
Desde que se habían
enterado de la noticia de que ella pensaba marcharse fuera sin despedirse,
habían vuelto lo más rápidamente posible. Ambos tenían claro que Isemay no
querría verles, uno era su marido, el otro su hermano, y aun así, ambos la
habían abandonado, dos veces.
—
Ahora
tengo que convencerla de que no puede llevarse a mi hijo lejos de aquí
—contestó Osmar.
—
¿Crees
que esta dispuesta a escucharnos?
—
Claro
que no, ¡maldita sea!
—
No
te fustigues, te recuerdo que yo también fui muy duro con ella.
El dúo avanzaba por
el pasillo camino a la proa. Seguramente era el único lugar desde el que la
verían subir al barco de su prometido. Y era cierto, al asomarse, la pudieron
ver perfectamente entre el gentío. Ella era inconfundible, con su traje blanco
en medio de tanta suciedad, sujetaba con una mano el sombrero negro que
adornaba su cabeza, manteniendo el cabello recogido en su sitio. Con la otra
mano, se tapaba los ojos, para que el sol no distorsionara su visión y miraba
hacia lo alto de la rampa, por donde descendía su prometido.
Llegó hasta ella y
como en un gesto inconsciente, ella bajo la mano para cubrirse el vientre,
donde albergaba a su hijo.
Osmar sonrió, al
menos ella siempre tendría eso de él, y Lord Wilde tendría que vivir con la
presencia del niño.
El hombre la miró
enfadado, y Osmar tuvo ganas de arrancarle la cabeza a golpes. Al parecer ella
llegaba tarde a la cita. Sin preámbulos, la colocó la mano en la espalda y la
empujó por la rampa hacia arriba. Se acercó para decirle algo al oído, y ella
volvió a tocarse el vientre mientras se agarraba a la baranda para ayudarse a
subir por la rampa.
El sombrero, que
había soltado para poder agarrarse, salió volando, y rodó por la rampa hacia
abajo. Wilde se volvió enfadado y la empujó de nuevo.
—
Thorpe
está allí —se oyó la voz de Uwuain.
—
Esperemos
que no le reconozca —observó.
Los dos
hombres esperaron a ver como Thorpe le entregaba el sombrero a Isemay.
Thorpe tosió, la
señal esperada para indicar que no le había reconocido.
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